lunes, 12 de diciembre de 2011

Extraño el spinning

Extraño el spinning. Extraño subirme a la bicicleta, y pedalear al ritmo de música estridente, como si estuviera en un antro, pero en lugar de un antro, es un gimnasio, con otros más locos por las bicicletas que pedaleamos al mismo ritmo, imaginando subir pendientes y andar en carreteras.

Cuando estaba ahí, en la mitad de la clase, cansada, sudada, y sin aliento, siempre me preguntaba ¿por qué fregaos me metí a esta clase?. Pero al final, siempre me sentía llena de energía, con una euforia que me duraba un buen rato. Esos eran los beneficios del spinning.

Había otras clases que también extraño. Pero hoy me acordé del spinning. Porque para practicarlo no necesitaba horarios. A veces simplemente, entraba al salón vacío, me ponía mi ipod, y a pedalear se ha dicho....

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