sábado, 17 de noviembre de 2012

¿Los adolescentes de hoy no saben diferenciar entre el bien y el mal?

A los 15 años yo no sabía muchas cosas del mundo, pero al menos dos las tenía muy claras: fumar era malo para la salud, y que no debía tomar alcohol porque era menor de edad.

 Claro que nunca faltaba el rebelde que iba en contra de las normas, y fumaba o tomaba para sentirse grande, pero la mayoría se esperaba a cumplir los 18 para tramitar la credencial de elector y festejarse yendo a Barrio Antiguo a tomarse la primera cerveza (y algunos la primera borrachera).

Hoy sin embargo, vi en las noticias que hubo un concierto de Caifanes en el parque Rufino Tamayo en San Pedro, un espacio que ni siquiera está habilitado para esa clase de espectáculos, pero el escándalo se debe a que se vendió alcohol a menores de edad, los cuales aprovecharon lo más que pudieron, y como no había suficientes baños, algunos terminaron miándose como perritos cerca de los arbolitos.

Ahora, independientemente del hecho de que si estuvo bien o mal vender bebidas embriagantes en ese evento, yo me pregunto por qué los adolescentes no tienen criterio para diferenciar entre lo que está bien o lo que está mal. Yo a los 15 años sabía que eso estaba mal, ¿ellos no lo saben? ¿Nadie se los dijo? Pobrecitos, son víctimas de la mercadotecnia, no tienen control de sus actos, si pasa el viejo del costal y les dice te vendo una chela, ellos se la comprarán... bu, bu... pobres víctimas de la corrupción de esos viejos malos que les venden cerveza... así como también son víctimas de las compañías cigarreras, y de los narcomenudistas. Pobrecitos adolescentes,  necesitan que haya una autoridad que les prohiba las cosas, necesitan que venga el alcalde, o el gobernador, o el presidente para prohibirles, porque ellos mismos no tienen criterio propio, no tienen fuerza de voluntad para decir "NO". Y aunque muchos de ellos  ya son "grandes" porque tienen ipads, tienen carro y tienen sexo, pobrecitos, ellos todavía no saben que fumar y beber a su edad es malo. Necesitan que alguien vele por ellos y los proteja y les prohiba las cosas. Necesitan que vengan los policías para desmantelarles la cantinita, en lugar de que esos policías estén en la calle atrapando ladrones y delincuentes. Y todo porque los adolescentes no saben decir "NO".

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