Ser escritora tiene sus sinsabores y sus recompensas. Puede suceder por ejemplo que nadie vaya a tu presentación literaria mas que un solo lector. (Aunque también me han dicho que eso le pasa a muchos escritores mexicanos y luego cuando son famosos lo traen a colación como anécdota), como también puede ser que algunos cibernautas se enteren de tu obra y se interesen en leerla (agradezco a todos los blogueros que se han sumado a la causa).
Pero entre las recompensas emocionales e intangibles que tiene dedicarse a esto, sucede que en esta semana he aparecido en dos programas de radio, y que hoy tuve una junta en la librería La Ventana para explicarle al personal de ventas de qué se trata el libro.
En este último caso, fue realmente como una presentación literaria. Les expliqué de qué se trata la historia y se mostraron bastante interesados. El gerente de compras, quien ya la había leído, fue quien secundó la presentación apoyándome con comentarios. Tanto hombres como mujeres se sintieron atrapados por la historia que incluso algunos reconocieron que ya la estaban leyendo.
Recibí felicitaciones por el doble esfuerzo de ser escritora y aparte, ser independiente. Al final de la reunión se mostraron ávidos por saber para cuándo saco el segundo libro. Ya quieren leerlo.
A veces resulta raro recibir muestras de admiración por lo que hago, sobre todo porque uno, simple mortal, no estás acostumbrado a que alguien te felicite o te diga mirándote de frente a frente "¡Excelente trabajo!". Estamos más acostumbrados a que la gente nos diga en qué fallamos (incluso los mismos amigos pueden ser crueles en algunas ocasiones), o que nos diga sus exigencias laborales, más no para que nos feliciten o elogien.
Pero bueno, volviendo al tema, también en radio sucedió lo mismo. La entrevistadora del programa "La Brújula" expresó su interés en el libro, y eso que hasta ese momento no sabía de él. A medida que fui contando de qué se trataba, quedó enganchada.
Yo espero que todo esto sea una semilla que germine y de sus frutos pronto. Por el momento, hago un stand by en mi pequeñita carrera como escritora para re-ingresar al mundo laboral. Pero el libro ahí está, para el que lo quiera leer y comprar. www.elvendedordeabrazos.com
Pero entre las recompensas emocionales e intangibles que tiene dedicarse a esto, sucede que en esta semana he aparecido en dos programas de radio, y que hoy tuve una junta en la librería La Ventana para explicarle al personal de ventas de qué se trata el libro.
En este último caso, fue realmente como una presentación literaria. Les expliqué de qué se trata la historia y se mostraron bastante interesados. El gerente de compras, quien ya la había leído, fue quien secundó la presentación apoyándome con comentarios. Tanto hombres como mujeres se sintieron atrapados por la historia que incluso algunos reconocieron que ya la estaban leyendo.
Recibí felicitaciones por el doble esfuerzo de ser escritora y aparte, ser independiente. Al final de la reunión se mostraron ávidos por saber para cuándo saco el segundo libro. Ya quieren leerlo.
A veces resulta raro recibir muestras de admiración por lo que hago, sobre todo porque uno, simple mortal, no estás acostumbrado a que alguien te felicite o te diga mirándote de frente a frente "¡Excelente trabajo!". Estamos más acostumbrados a que la gente nos diga en qué fallamos (incluso los mismos amigos pueden ser crueles en algunas ocasiones), o que nos diga sus exigencias laborales, más no para que nos feliciten o elogien.
Pero bueno, volviendo al tema, también en radio sucedió lo mismo. La entrevistadora del programa "La Brújula" expresó su interés en el libro, y eso que hasta ese momento no sabía de él. A medida que fui contando de qué se trataba, quedó enganchada.
Yo espero que todo esto sea una semilla que germine y de sus frutos pronto. Por el momento, hago un stand by en mi pequeñita carrera como escritora para re-ingresar al mundo laboral. Pero el libro ahí está, para el que lo quiera leer y comprar. www.elvendedordeabrazos.com
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