sábado, 7 de diciembre de 2013

Promoción de la cultura

Una señora que es vecina en mi colonia me preguntó cómo iban las ventas de mi libro. Le dije que despacio, poco a poco. Entonces ella dijo: "Pues sí, así es en Monterrey. Nadie lee. ¡Yo no leo! ¡No me gusta!"

Entonces me quedé pensando cómo es la vida de la gente que no lee. Son gente que viven como burros de molienda en el día, y como hedonistas en la noche. Se levantan a trabajar, si acaso ven las noticias y se preocupan por un rato de la ola de violencia y la corrupción. Apagan la tele y se van a hacer sus cosas. Mandan a sus hijos a la escuela a que allá se los eduquen otra gente que tampoco lee. Se atiborran de tecnología, eso sí. Tienen teléfonos inteligentes que no usan para aportar algo constructivo, más bien lo usan para tomarse fotos "selfies" y para postear pendejadas como: "En invierno no me gusta ir al baño porque la taza está bien fría" (Neta, no lo estoy inventando, lo leí de una conocida mía).

Al llegar la noche, la gente que no lee llega a casa a comer, a beber, a ver la tele, a seguir alimentando sus perfiles de Facebook. Educan a sus niños a que sigan el mismo esquema. Y así, comienza otro día, donde vuelven a ver las noticias y se frustran porque México sigue siendo un país ignorante, violento, grosero y corrupto.

La gente le echa la culpa de nuestra ignorancia y tendencia a la violencia al gobierno. Claro, es fácil echarle la culpa a otros. Hace poco escuché la excusa más absurda. Decía que éramos rateros, groseros y violentos por culpa de los españoles que colonizaron México, que porque Hernán Cortés y su bola de secuaces eran expresidarios. A lo que yo respondí: Bueno, ok. ¡Pero ya pasaron siglos de eso! ¡Ya era hora que nos hubiéramos civilizado!

Y es que sí, no mamen, ya de la conquista pasaron casi cinco siglos, y si todavía la gente sigue igual de huevona, corrupta y malandra, pues como que algo no está bien. ¿No creen?

Ahora bien, dicen que la culpa de que no leamos es del gobierno. (De nuevo el gobierno, sí). O de la SEP, o de los maestros. Yo creo que la culpa está en nosotros mismos. Está desde aquel profesionista que no agarra ni un libro ni para abanicarse el sudor, hasta el niño que nomás se la pasa peloteando en la calle en lugar de hacer la tarea. Porque libros hay, y de todos precios. Es más, en la FIL de Monterrey vendían libros a 5 pesos. Ya más baratos pues no se puede.

Sin embargo, hay gente que sí lee y que está comprometida con difundir la cultura. Un esfuerzo de ello es el de Gloria Ramírez, de Librería Vincy. Gloria es una mujer que inició la venta de libros por Facebook, por puro pasatiempo, y después se dio cuenta que no podía quedarse en la comodidad de su hogar, ella "tenía que hacer algo más". Entonces ahora se dedica a apoyar a escritores locales, a presentarlos en la televisión, en radio, en las universidades, a promover su trabajo que de otro modo quedaría cerrado al círculo de amigos y familiares. Más aún, Gloria organizó grupos en áreas rurales para llevar la literatura a la gente de allá, desde niños hasta señores albañiles. Les ha llevado libros, talleres literarios, música clásica. Dice que una de las mayores satisfacciones fue a ver a un humilde albañil leyendo un libro, un libro de literatura. En verdad una gran labor la que hace.

https://www.facebook.com/libreria.vincy?fref=ts





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