Cada vez que escucho Coldplay me viene a la mente esos años, en que mi escritorio estaba pegado a un ventanal, en un décimo piso, y miraba la ciudad moverse a mis pies, sin que supieran que yo observaba anónimamente, desde arriba. Y recuerdo esas mañanas invernales, donde había mucha niebla, mucho frío, calles húmedas y charcos, esas mañanas de cielo color azul plomizo mientras Coldplay cantaba plañideramente, y en mi oficina solo se oyeran murmullos, teléfonos sonando, dedos tecleando... y saber que del otro lado estabas tú, con tus ojos de cielo invernal...
y lo curioso era que solo eso me bastaba para ser feliz.
y lo curioso era que solo eso me bastaba para ser feliz.
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