martes, 5 de marzo de 2019

Contaminación

En los últimos días Monterrey ha estado muy contaminado. Aunque sea fin de semana, con poco tráfico vehicular, el cielo se ve amarillento grisáceo. La autoridad no hace nada al respecto, más que monitorear la calidad del aire y avisar "hoy está malo", "hoy está regular". No propone ni implanta ninguna medida o sanción contra las industrias contaminantes. Sólo recomienda que no salgamos a la calle o no hagamos ejercicio al aire libre.
Una vez un conocido mío salió en bicicleta a hacer ejercicio. Es una persona joven y sin problemas de salud. Pero cuando terminó su recorrido, contó que sintió como si hubiera fumado una cajetilla de cigarros. Así de cabrón está la situación ambiental en mi ciudad.
Quizá llegue el día en que sea más fácil usar tapabocas o filtros de aire que frenar la contaminación. Aquí es una zona industrial y se mueven muchos intereses de las clases altas y los políticos.
Me da pena por los niños, porque para ellos es normal ver un cielo opaco, tierroso y gris. Ellos no conocen los días azules, que yo tanto disfrutaba cuando era niña y adolescente. Especialmente en primavera. El cielo adquiría un celeste intenso, muy bonito, muy limpio.
Esos cielos no volverán, al menos no a corto plazo si no cambian las cosas aquí. 

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