No había comentado sobre el tema,porque no lo he investigado a fondo, y quizá me equivoque en alguno de mis argumentos, así que si es así, me pueden corregir.
Resulta que hace unos días, en Nuevo León, la Agencia Estatal de Transporte (AET) inició una cacería de brujas contra los Uber, Cabify y demás taxis que utilizan estas plataformas. Para nadie nos es ajeno que el gobierno siempre actúa a favor de los intere$e$ de algunos sectores. Ya los servicios concesionados de taxis y sus respectivos líderes habían protestado mucho, argumentando que lo que Uber hacía con ellos era una competencia desleal.
Después de tanta presión, el gobierno se decidió a actuar, pero lo hizo con un operativo digno para la detención de capos de la droga, o sea, a punta de fusil, usando a los miembros de la fuerza civil, bajando a los choferes y pasajeros de las unidades de Uber y decomisando los automóviles.
Concuerdo con que estas plataformas no cumplen con los requisitos de la ley, en el sentido de que deben tramitar una concesión para operar como servicio de transporte de pasajeros. Pero lo que está haciendo el gobierno es una pena excesiva. Se vale multar, pero lo que no se vale es decomisar los autos y encima de todo, tratar a los choferes como delincuentes, amenazándolos con fusiles en mano. ¿¿Qué es eso??
La Constitución dice en su artículo 14: "Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho." Eso significa que la AET no tiene ningún derecho para decomisar las unidades de uber, sin previo juicio, sin formalidades, nomás por sus huevos.
Aquí está claro que el gobierno está violando las garantías individuales consagradas en la Constitución, la cual está por encima de las leyes estatales.
Ojalá se resuelva pronto esta situación. Si los servicios de Uber han tenido tanta aceptación entre los regios es porque supera en creces el servicio que prestan en comparación con los taxis concesionados. Los taxis de aquí se caracterizan por tener unidades en mal estado, donde los taxímetros están alterados, los choferes son gente que maneja recio, no respeta los límites de velocidad ni las normas de tránsito, y en algunas ocasiones incurren en delitos, como robo, secuestro y violación.
Una vez me tocó ver cómo un ecotaxi atropelló a un indigente. El hombre iba cruzando la calle, y un taxi que iba manejando a toda velocidad, pasó por encima de él. Vi cómo el cuerpo del hombre volaba en el cielo y caía sobre el pavimento. Neta, no lo estoy inventando. ¿Y qué hizo el chofer? ¿Se detuvo? No. Se largó a toda velocidad, dejando al hombre tirado en la calle. La Cruz Roja se tardó horas en llegar. Desconozco si el hombre sobrevivió. Fue un recuerdo espantoso, y sólo lo cuento porque este es el tipo de gente que maneja en mi ciudad. Sí, yo sé que todos los choferes no son así, habrá uno que otro que si es honrado y respetuoso, pero esos son garbanzos de a libra. Son los malos choferes los que están en las calles, son esos mismos los que vandalizan los carros de uber, son esos mismos los que protagonizan la nota roja con sus accidentes, robos y violaciones. Son esos mismos los que protestan porque no quieren competencia.
Desde que entró Uber en operaciones en nuestra ciudad, la gente ha sentido mucho alivio en tener un servicio donde los choferes están muy bien identificados, manejan con precaución y son respetuosos con los pasajeros. Aunque cobren caro.
Si los taxistas concesionados fueran así, nadie hubiera preferido Uber, pero como no lo son, como tienen un pésimo servicio, por eso la gente contrata y seguirá contratando los servicios de Uber.
Resulta que hace unos días, en Nuevo León, la Agencia Estatal de Transporte (AET) inició una cacería de brujas contra los Uber, Cabify y demás taxis que utilizan estas plataformas. Para nadie nos es ajeno que el gobierno siempre actúa a favor de los intere$e$ de algunos sectores. Ya los servicios concesionados de taxis y sus respectivos líderes habían protestado mucho, argumentando que lo que Uber hacía con ellos era una competencia desleal.
Después de tanta presión, el gobierno se decidió a actuar, pero lo hizo con un operativo digno para la detención de capos de la droga, o sea, a punta de fusil, usando a los miembros de la fuerza civil, bajando a los choferes y pasajeros de las unidades de Uber y decomisando los automóviles.
Concuerdo con que estas plataformas no cumplen con los requisitos de la ley, en el sentido de que deben tramitar una concesión para operar como servicio de transporte de pasajeros. Pero lo que está haciendo el gobierno es una pena excesiva. Se vale multar, pero lo que no se vale es decomisar los autos y encima de todo, tratar a los choferes como delincuentes, amenazándolos con fusiles en mano. ¿¿Qué es eso??
La Constitución dice en su artículo 14: "Nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las Leyes expedidas con anterioridad al hecho." Eso significa que la AET no tiene ningún derecho para decomisar las unidades de uber, sin previo juicio, sin formalidades, nomás por sus huevos.
Aquí está claro que el gobierno está violando las garantías individuales consagradas en la Constitución, la cual está por encima de las leyes estatales.
Ojalá se resuelva pronto esta situación. Si los servicios de Uber han tenido tanta aceptación entre los regios es porque supera en creces el servicio que prestan en comparación con los taxis concesionados. Los taxis de aquí se caracterizan por tener unidades en mal estado, donde los taxímetros están alterados, los choferes son gente que maneja recio, no respeta los límites de velocidad ni las normas de tránsito, y en algunas ocasiones incurren en delitos, como robo, secuestro y violación.
Una vez me tocó ver cómo un ecotaxi atropelló a un indigente. El hombre iba cruzando la calle, y un taxi que iba manejando a toda velocidad, pasó por encima de él. Vi cómo el cuerpo del hombre volaba en el cielo y caía sobre el pavimento. Neta, no lo estoy inventando. ¿Y qué hizo el chofer? ¿Se detuvo? No. Se largó a toda velocidad, dejando al hombre tirado en la calle. La Cruz Roja se tardó horas en llegar. Desconozco si el hombre sobrevivió. Fue un recuerdo espantoso, y sólo lo cuento porque este es el tipo de gente que maneja en mi ciudad. Sí, yo sé que todos los choferes no son así, habrá uno que otro que si es honrado y respetuoso, pero esos son garbanzos de a libra. Son los malos choferes los que están en las calles, son esos mismos los que vandalizan los carros de uber, son esos mismos los que protagonizan la nota roja con sus accidentes, robos y violaciones. Son esos mismos los que protestan porque no quieren competencia.
Desde que entró Uber en operaciones en nuestra ciudad, la gente ha sentido mucho alivio en tener un servicio donde los choferes están muy bien identificados, manejan con precaución y son respetuosos con los pasajeros. Aunque cobren caro.
Si los taxistas concesionados fueran así, nadie hubiera preferido Uber, pero como no lo son, como tienen un pésimo servicio, por eso la gente contrata y seguirá contratando los servicios de Uber.
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