viernes, 20 de julio de 2012

Las niñas del tallercito de lectura

El tallercito de lectura ya está creciendo más de lo que yo imaginaba. La vez pasada me tocaron 18 niñas. Cuando llegué, las encontré aburridas, tiradas en los sofás y en el suelo viendo tele. Diez de ellas no me conocían, el resto sí. Me volví a presentar, y a explicarles mi visita. Dos de ellas mostraron desinterés total. El resto sí puso atención. Conforme se fue dando la lectura, iban participando más. Unas a otras se motivaban a sí mismas, al ver que las demás participaban leyendo. Creo que tenían ganas de que alguien las escuchara. También creo que eso les ayudará a perder el miedo de hablar en público, sobre todo tan necesario para ellas, que por su situación familiar tienen que callar tantas cosas… y que no tienen a nadie que les de confianza en sí mismas.

Las más tímidas prefirieron escuchar, y repasar en silencio las líneas. Cada una ya personalizó su legajo con dibujos y diamantinas.

Son palomitas enjauladas. Ellas también tienen ganas de salir, de ir a bailes y fiestas, como cualquier chavita de esa edad. Pero el instituto no tiene presupuesto para eso, únicamente para lo básico: comida, educación, y un techo donde dormir. Los demás voluntarios y asociaciones benéficas sólo vienen a ver a los bebés y a los niños de kínder y primaria. A los adolescentes los olvidan. La sociedad los condena. “Que se pongan a trabajar en vez de andar de vagos”, dicen. Pero ¿un adolescente en qué puede trabajar?.

Y las niñas adolescentes, se pasean por el instituto, viendo cómo la gente viene y les trae dulces, payasos y shows a los niños pequeños. Viendo cómo adoptan a los bebés recién nacidos, y ellas se quedan rezagadas, porque ya no son tan niñas, y están a un pie de salir al mundo exterior, ese mundo cruel y frío que aún para los que estudiamos en la universidad y crecimos en familias amorosas nos es difícil salir adelante, cuánto más a ellas que ni cuentan con el apoyo de sus propias madres y padres.

Vi la noticia de los hombres armados que entraron a un campamento de niños y jóvenes en el Estado de México, y robaron, golpearon y violaron a niñas y jovencitas sin remordimiento alguno, y me estremecí de dolor y tristeza. Los niños en México a eso se enfrentan ahora…

Y veo a estas niñas mías, que a pesar de que vivieron cosas feas (pues por alguna razón están en la institución, pero no me es permitido preguntarles), todavía siguen sonriendo y soñando. Una quiere ser contador y trabajar en un gran banco, otra quiere entrar a la Marina y ser capitán, otras simplemente quieren regresar a sus ranchitos con sus pollos y gallinas. Una admira a las escritoras mexicanas, otra admira a Marlene Favela. Pero lo que todas tienen en común es que quieren salir al exterior.

Yo sólo les llevo lecturas. Esta vez les llevaré la historia de Steve Jobs. Él fue un hijo de madre soltera y dado en adopción, y aún así, salió adelante y se convirtió en un visionario hombre de negocios. Yo espero que eso motive a las niñas de que lo que viven ahora, no es un impedimento para triunfar en la vida.

3 comentarios:

Chica de mente ocurrente dijo...

uoraleeeeeee que buena onda... es verdad las reflexiones que haces sobre los adolescentes... sabes que tienes la capacidad de cambiar sus vidas??? que padre...

. dijo...

Gracias chica de mente ocurrente. =D

Espero dejarles algo positivo a las niñas, como dije una vez, aportar un granito de arena.

Anónimo dijo...

De entre tus actividades que realizas en tu vida, esta es la más noble que haces.

Trasciendes en la vida de ellas quizás más allá de lo que tu siquiera puedas llegar a imaginar.

Saludos.
Adn.

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