viernes, 30 de noviembre de 2012

El mexicano quiere todo de a gratis II

Hace años cuando andaba en una de esas temporadas sin trabajo, una amiga mía me pidió de favor que le llevara un juicio, ya que ella aunque siendo abogada, trabajaba para el Poder Judicial Federal y no podía llevarlo por sí misma. Yo me negué en un principio, porque nunca había litigado, y se lo hice saber. Mi experiencia legal derivaba de otras instancias muy diferentes.

Aún así, mi amiga me suplicó tanto, que terminé por aceptar.

El juicio parecía "sencillo". Era representar a su hermano, un panadero que fue demandado por un vival que sólo trabajó un día para él. El demandante exigía su indemnización por despido injustificado, salarios caídos, tiempo extra, aguinaldo, vacaciones y prima vacacional, incapacidad por maternidad, etc. Bueno, todo lo que se les pueda ocurrir. Ya ven que ese tipo de juicios son rarísimos en México.... uu sí.

Y a cambio de mi representación legal en todo el juicio, recibiría la fabulosa, extraordinara, megajugosa cantidad de........ (sonido de tambores) ....trrrrrrrrrrrr......... ¡Quinientos pesos! (o sea, 37 dólares americanos).

o_O

¿Por qué chingaos acepté? Porque yo era una veinteañera que se condolía de las desgracias ajenas, porque ella era una buena amiga, etc. Pero ya el día que me presenté ante la Junta de Conciliación y Arbitraje y entré a esa jungla de coyotes, víboras, hienas, zorros y zorras del desierto, alacranes, escorpiones y todo tipo de animal ponzoñoso, me arrepentí de no haberle cobrado más.

El día de la audiencia fue bastante estresante, me pasé ahí toda la mañana, me acabé mi saldo del celular, y tuve que sacar copias con mi propio dinero.

Al final del día, le pedí al panadero que me diera un adelanto de la cantidad (para poder reponer el saldo del celular y las copias). Y se indignó. Fue con el chisme a su hermana, y ésta me llamó para decirme "que $500 pesos era muchísmo dinero y que yo no había hecho nada".

WTF!!!!!!

Entonces le dije que en primer lugar, ella fue la que insistió con que la representara, pero que si iba a empezar con desconfianzas, que se quedara con su dinero, que yo ya no le iba a llevar ningún juicio y que recogiera sus papeles. La chava se peleó conmigo, me dijo mala amiga, avariciosa, usurera, etc. La amistad se perdió, obviamente.

Yo me desistí de la representación, y días después llegó el panadero por sus papeles y a regañadientas me pagó la mitad, y dijo que después me pagaría la otra mitad. Nunca volvió.

Así que si pensaban que los abogados son  los hijos del diablo, se equivocan. Los abogados también tenemos nuestro corazoncito, snif.


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