viernes, 30 de noviembre de 2012

Se ha perdido el sabor

Sin darme cuenta, de un tiempo para acá los sabores de las comidas y bebidas se han diluido. Lo que estaba hecho con azúcar, ahora está hecho con edulcorantes que al principio saben dulces pero al tragarlos queda una sensación de amargor en la lengua. La leche ahora es agua blanca e insípida, y antes era espumosa y cremosa, cuando la hervía se formaba nata que yo me comía con galletas marías.

Antes la fruta era más pequeña, pero tenía un sabor más intenso. Ahora son frutas de tamaños descomunales pero desabridas y agrias. Lo mismo sucede con la verdura. Los huevos eran pequeños, pero tenían las yemas casi anaranjadas. Ahora sus yemas son de un color amarillo pálido. Incluso hay restaurantes que cuando pido huevos me sirven más bien un batido de harina de huevo.

Antes encontraba chicles de sabores como tuti fruti o fresa. Ahora sólo encuentro tridents o clorets para evitar el mal aliento. Los refrescos de la Joya tenían sabores exóticos como Tamarindo, Raíz, Lima Limón, y Durazno. Ahora con suerte encontramos toronja, ponche y  manzana.

En la actualidad todo es light, sin calorías, Zero. Lo que antes era "casero" ahora se está transformando en productos "orgánicos" que cuestan muchísimo dinero y sólo se consiguen en tiendas de élite. Mi generación está transmutando a una generación light. Ya ni siquiera las conversaciones son en persona, ahora son por aparatos. Ya no existen las cartas ni las tarjetas. Nada es tangible, todo es digital. Inclusive los besos...

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