sábado, 29 de diciembre de 2012

A lot of coffee

No manches, ayer tomé mucho café. Yo creo que fácil me tomé seis tazas, y ni estaba tan bueno, sabía a agua de calcetín, pero con la plática a fuerzas tengo que tener mi café, o no me inspiro para sacar mis broncas existenciales ni para hacerle de psicóloga. De buenas que era de refill.

Hay chavas que encuentran su consuelo en la cerveza o la bebida. Yo no. Prefiero el café. Ese aroma, y esa sensación de calorcito entre mis manos, sobre todo en estas fechas en que hace frío.

El mejor café que he tomado en toda mi vida fue en una cafetería que ya no existe. Estaba en los bajos del antiguo palacio municipal. Era un café veracruzano con escencia de avellana o almendra. Qué cosa más deliciosa. Y aunque he buscado un sabor similar, no lo he encontrado. :(

Pero mientras, me conformo con el café de siempre. Tengo la sangre llena de cafeína y mucha cuerda para rato.




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