domingo, 6 de enero de 2013

Entrevista de LA ROCKA a Josefina Leroux

Esta entrevista apareció en el periódico LA ROCKA, y la transcribo aquí. Me pareció muy interesante lo que comenta de cómo ha cambiado la sociedad regiomontana en cuestión de parejas,  aunque no para bien, ahora es más complicado :S

Por ejemplo, estoy de acuerdo que no hay lugares de esparcimiento para gente soltera que no sean antros y bares.

Pero bueno, lean la entrevista.

Regios en el Diván

El 27 de noviembre de 1985 el periódico El Norte publicó por primera vez en las páginas de su sección cultural una columna para despejar dudas de psicología y sexualidad. Su nombre, Diván. Su autora, Josefina Leroux.

En aquel entonces –sirva la referencia para ubicarnos en el tiempo– se invitaba a los lectores a enviar sus dudas o planteamientos a un apartado postal o vía fax.

El éxito de la columna fue inmediato. En una ciudad etiquetada desde siempre como conservadora, sus opiniones a temas escabrosos para la época pronto tuvieron ecos con tintes de polémica. Llegaron cartas furiosas a la redacción solicitando que no se publicara su espacio, pero también muchas más con felicitaciones y más consultas.

Pronto pasó de una a dos colaboraciones semanales y después a elaborar ensayos sobre psicología y editoriales en el diario matriz y en ediciones de otras ciudades, como Saltillo y Guadalajara. Hoy, su columna permanece en El Norte y en Reforma y Leroux se ha consolidado como un referente en la materia en medios impresos.

En estos 26 años, señala, ha ido observando cambios notorios en las misivas de sus lectores.

“Al principio eran casos muy separados por género. Los hombres más preocupados por la sexualidad y por cosas tan sencillas como ‘cuando tengo erección el pene se me va del lado izquierdo’ (sonríe). Cuestiones como muy anatómicas.

“Y las mujeres, más preocupadas por cuestiones familiares, por cuestiones de abandonos de novios, infidelidades; más sufriendo la relación personal. Más afectivas”.

Comenta que en ese entonces se advertía también más desinformación en las cartas que llegaban de Monterrey, en comparación con otras ciudades, aunque las cosas han cambiado. El tiempo ha hecho también que se empareje el número de casos por género: antes eran más las mujeres con dudas, ahora escriben los hombres por igual.

También, profundiza, es posible encontrar indicadores en las misivas de sus lectores que reflejan la situación actual del país.

“Ahorita hay muchísimo estrés. Muchísima ansiedad por la inseguridad. La problemática ha escalado terriblemente: extorsiones, secuestros: ‘mi hijo desapareció, a mi hermano no lo encontramos, o anda en drogas’, esa problemática ha aumentado significativamente.

“Sigue habiendo infidelidades, problemas de abandono, depresiones, la soltera que no encuentra a una pareja, el hombre que tampoco encuentra la mujer de su vida; pero el estrés (por la inseguridad) afecta la intimidad: ‘estoy deprimida y no tengo ganas de tener relaciones sexuales’, o ‘estoy muy irritable y estoy enojada constantemente con mi pareja’, o ‘tengo demasiados problemas que no puedo resolver’”, dice.

Faltan espacios para los jóvenes, indica. Espacios públicos para divertirse, esparcirse, desarrollarse y, puntualiza, para conocerse.

“Lo único que tienen son las discotecas, fiestas y lugares donde hay mucho alcohol y droga de por medio. Entonces los encuentros son como muy defectuosos, muy temporales, fugaces”.

En estos 26 años de consultoría periodística, Leroux se ha topado con algunos casos que la han inquietado. Recuerda cartas donde queda en evidencia la enfermedad mental de la persona y quien consulta se siente perseguido o cree que lo van a envenenar.

“Ha habido casos de exhibicionistas, que recurren a la columna y dicen ‘no quisiera hacerlo, pero por más que me lo propongo no puedo evitarlo y otra vez lo hice', pero generalmente son anónimos. En otros países, como en Estados Unidos, si suceden este tipo de casos, el psicólogo está obligado a denunciar para que se persiga el delito. En México, no.

“En alguna ocasión me llegó, pero a consultorio, un ofensor sexual que quería reparar el daño que había hecho. Yo le di varias asociaciones y luego me contó una persona que había llegado un señor que le dijo que yo lo había referido a esa dirección y que había dado un donativo muy importante”.

En el Diván:

¿Qué tan buenos amantes somos los regiomontanos?
Yo creo que muy malos.

¿Regiomontanos y regiomontanas? ¿O podría hacerse una separación por sexo?
Creo que las mujeres se quejan más de no tener ganas. Y no tener ganas significa que no han tenido buenos amantes. Si tú pruebas algo rico quieres más. Se los digo a los hombres, a los señores cuando vienen a terapia de pareja. Pero cuando tú pruebas algo que no está tan rico pues entonces ya no quieres, prefieres descansar, dormirte o hacer otra cosa.

Creo que los hombres tienen una cultura –y eso no es exclusivo de la región, es en México– de que tienen muchas relaciones con prostitutas. Y están muy acostumbrados a que les hagan, ‘a pagar por’ y a ser complacidos. Entonces cuando llegan a casa y tienen una pareja romántica, no saben. No saben cómo seducirla, no saben excitarla y luego la catalogan: ‘esta me salió defectuosa, no se excita, no sabe cómo’. Pero no hacen lo que les toca a ellos para enseñarla, para llevarla al momento del clímax.

Por su parte, la mujer también tiene lo suyo. No se responsabiliza y también está esperando que alguien la seduzca y no se atreven, por ejemplo, a erotizarse por su cuenta porque es pecado.


¿Cuáles son las preguntas más recurrentes que recibe de un hombre en temas de sexología?
Cuando salió la pastilla del Viagra empezó la conciencia de ‘ah caray, resulta que yo tengo una discapacidad, no tengo la potencia’; como que sin la retroalimentación de una mujer que sabe, hay muchos hombres que no se dan cuenta, que son inconscientes. Que ‘no duro lo que quisiera durar’. Otra, ¡la circuncisión! Que si se la hacen o no se la hacen. No puedo satisfacer a mi esposa como quisiera. Y más bien como una queja: ‘tengo una esposa que no tiene orgasmos ¿qué hago con ella?’. La mujer, su anorgasmia. Que no puede tener un orgasmo.

¿Y este tipo de dudas las podemos remitir a una mala educación sexual?
Una mala educación sexual porque se concreta a dar información pero no se profundiza. Una mala educación en el amor porque no se enseña qué significa estar con una pareja y la intimidad con una pareja, pero en otro nivel, no nada más un intercambio de contacto pene-vagina, sino lo que es hacer el amor. Una falta de educación sentimental. Los hombres están desconectados de los sentimientos, totalmente. Las mujeres tenemos tiempo que hemos tratado de conectarnos con la razón para equilibrar los hemisferios del cerebro.

Pero los hombres apenas están en pininos: ‘a ver, qué es esto de los sentimientos, esto de las emociones’. Entonces las conversaciones entre hombres y mujeres a veces cuestan mucho trabajo. Es otro tema muy recurrente. 'No me puedo comunicar'. El hombre que no habla de lo que le pasa, siente que la mujer lo va a controlar; también tiene como que paranoia, qué va a hacer con esta información, entonces no da información de nada. Y la mujer da demasiada información.


Defina cómo es una buena relación de pareja.
Una pareja que se comunica efectivamente; pero comunicar quiere decir escucharse, porque por comunicar la gente entiende hablar y es más escucharse que hablar. Una pareja que sigue considerando al otro como una persona tan especial como yo misma. Una pareja son un par de creativos que siguen evolucionando, que siguen creciendo.

Y una buena relación sexual…
Una buena relación sexual en la que se consideren los dos responsables del clímax, que los dos participen, que los dos sean creativos y que tengan mucho sentido del humor. Que no consideren que la relación sexual es el coito, porque la mayoría de las personas creen que la relación sexual es penetración y descuidan totalmente la sensualidad, el juego, otras cosas.

La infelicidad es también recurrente en las consultas. Le preguntan mucho acerca de cómo ser feliz…
Yo creo que la felicidad es un estado de bienestar, pero es un estado de bienestar atemporal, que no tiene que ver con ‘voy a ser feliz para siempre’. Creo que mucha gente quiere eso: acceder al paraíso terrenal. ‘Ya no quiero problemas’. En la medida de las expectativas está lo realizable. Si yo no quiero tener problemas nunca voy a ser feliz, porque los problemas son parte de la vida humana. También la creencia de que la felicidad me la va a dar alguien más.

Creo que a la gente le falta mucha responsabilidad y eso tiene mucho que ver con la madurez y con falta de educación de lo que verdaderamente importa. La gente le echa la culpa a todo el mundo de lo que le pasa y la felicidad es una responsabilidad de la persona. Yo me tengo que hacer responsable de mi felicidad.


Porque le piden mucho que recomiende un ibro ‘para’…
Sí. Siempre les contesto que leer informa y hacer transforma. Tú te puedes enterar y saber que el cigarro perjudica, el alcohol puede provocarte un accidente y sin embargo sigues fumando y tomándote la copita. Leer no tiene nada que ver. Te informa, sí, pero no te lleva necesariamente a decisiones importantes.


Josefina Leroux es Lic. en psicología por la Universidad Anáhuac. Tiene una Maestría en Counseling y psicoterapéutica familiar por la Universidad Iberoamericana y un Diplomado Internacional en Terapia breve por el Instituto Milton Erickson. Es sexóloga Educadora certificada por el Consejo Calificador de profesionales en Educación sexual y sexología, a.C.(CapsEx).

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