El otro día una persona en Facebook publicó un artículo sobre el peligro de caer en "coaching coercitivo". Es decir, caer en manos de motivadores que haciendo uso de conceptos como "sanación del alma", "liderazgo transformacional", y otros eufemismos, convencían a las personas de contratar cursos y entrenamientos con esquemas multinivel, que terminaban convirtiéndose en estafas. Algo parecido a lo que sucede con las sectas religiosas, con la diferencia de que aquí no hay un pastor y no se trata de algo religioso, sino que tiene que ver más con cuestiones de psicología y terapia.
En este siglo la sociedad occidental experimenta un vacío existencial. El ritmo de vida los ha llevado a experimentar estrés, soledad, incapacidad para entablar y mantener relaciones interpersonales, carencia de objetivos y metas, intolerancia al fracaso, mal manejo de la frustración... Todas estas situaciones las llevan a tener depresión, ansiedad y angustia y en ocasiones derivan en daño a sí mismos (conductas suicidas) o daño hacia los demás (violencia intrafamiliar).
Ante este vacío de valores, han surgido muchos vivales que ven en esto un nicho de negocios, y así hemos visto libros sobre superación personal y motivacionales que se venden como pan caliente y se convierten en bestseller, superando incluso las ventas de literatura.
Y muchos de estos autores son personas de la farándula, locutores de radio, artistas, modelos, o gente desconocida que tiene mucho carisma y sabe convencer a la gente, en pocas palabras, personas que no tienen preparación en psicología, que pensaron que con leer un par de libros sobre un tema ya se volvieron expertos y venden su producto apelando a las emociones humanas, porque saben que tocan un nervio sensible en la psique humana, que es la baja autoestima.
Más aún, abundan los cursos y talleres donde personas comunes y corrientes venden su psicología de vida, sin estar certificados, poniéndose siempre como ejemplo. "Yo antes era un borracho, mujeriego, drogadicto, pandillero y ahora soy un hombre bueno y exitoso" y de esa manera venden al público un curso en donde le prometen que le cambiarán la vida y la gente cae, esperanzada, y entrega su dinero en esas charlas y libros.
Cierto es que hay personas que por su experiencia de vida nos motivan. Un ejemplo es Nick Vujicik, quien es el vivo ejemplo de una persona que ha logrado salir de la adversidad. Pero ¿ir a una conferencia de Yordi Rosado para que te hable de la sexualidad? ¿Suena lógico?
Si algo he aprendido es que muchos de los problemas que vivimos son producto de nuestros propios pensamientos. La ansiedad, el estrés, derivan de un mal manejo de nuestras emociones y que dejamos que nuestra mente elucubre escenarios funestos, sin poner un freno a estos pensamientos. Quizá debamos aprender más a meditar y controlar nuestra mente, antes de caer en las garras de motivadores oportunistas.
En este siglo la sociedad occidental experimenta un vacío existencial. El ritmo de vida los ha llevado a experimentar estrés, soledad, incapacidad para entablar y mantener relaciones interpersonales, carencia de objetivos y metas, intolerancia al fracaso, mal manejo de la frustración... Todas estas situaciones las llevan a tener depresión, ansiedad y angustia y en ocasiones derivan en daño a sí mismos (conductas suicidas) o daño hacia los demás (violencia intrafamiliar).
Ante este vacío de valores, han surgido muchos vivales que ven en esto un nicho de negocios, y así hemos visto libros sobre superación personal y motivacionales que se venden como pan caliente y se convierten en bestseller, superando incluso las ventas de literatura.
Y muchos de estos autores son personas de la farándula, locutores de radio, artistas, modelos, o gente desconocida que tiene mucho carisma y sabe convencer a la gente, en pocas palabras, personas que no tienen preparación en psicología, que pensaron que con leer un par de libros sobre un tema ya se volvieron expertos y venden su producto apelando a las emociones humanas, porque saben que tocan un nervio sensible en la psique humana, que es la baja autoestima.
Más aún, abundan los cursos y talleres donde personas comunes y corrientes venden su psicología de vida, sin estar certificados, poniéndose siempre como ejemplo. "Yo antes era un borracho, mujeriego, drogadicto, pandillero y ahora soy un hombre bueno y exitoso" y de esa manera venden al público un curso en donde le prometen que le cambiarán la vida y la gente cae, esperanzada, y entrega su dinero en esas charlas y libros.
Cierto es que hay personas que por su experiencia de vida nos motivan. Un ejemplo es Nick Vujicik, quien es el vivo ejemplo de una persona que ha logrado salir de la adversidad. Pero ¿ir a una conferencia de Yordi Rosado para que te hable de la sexualidad? ¿Suena lógico?
Si algo he aprendido es que muchos de los problemas que vivimos son producto de nuestros propios pensamientos. La ansiedad, el estrés, derivan de un mal manejo de nuestras emociones y que dejamos que nuestra mente elucubre escenarios funestos, sin poner un freno a estos pensamientos. Quizá debamos aprender más a meditar y controlar nuestra mente, antes de caer en las garras de motivadores oportunistas.
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