miércoles, 10 de febrero de 2016

Estrés mental

Creo que en la actualidad estamos más sometidos a un estrés mental que el que sufrieron nuestros abuelos o bisabuelos.
Cuando veo documentales sobre la segunda guerra mundial o la revolución mexicana, resulta comprensible que las generaciones anteriores tenían una razón fundada para sentirse estresados: el miedo de morir en medio de una guerra.
Sin embargo actualmente, en la mayoría del mundo no hay guerras. Salvo que vivamos en una zona conflictiva como el Medio Oriente o algunas regiones de Africa, podemos decir que la mayoría vivimos en una ciudad o pueblo donde no existe el riesgo de morir por una bomba o un disparo.
Sin embargo, estamos muy estresados ¿Por qué?
Por el trabajo, dirán algunos. Y sí, yo también lo estoy. Pero este estrés al final de cuentas está en nuestra mente. Es como si tuviéramos en nuestra cabeza un capataz que nos exije ser perfectos como robots. "No llegues tarde, trabaja más horas, no te equivoques".
Pero estas órdenes obedecen a un miedo. Nuestros antepasados tenían un miedo justificado, como dije, el miedo a morir. Nosotros ¿cuál es nuestro miedo? El miedo a perder el trabajo, el miedo a no tener dinero para mantenernos o mantener a nuestra familia, el miedo a fracasar... Son demasiados miedos subjetivos, intangibles, contra los cuales no podemos luchar ni escapar. Al menos nuestros abuelos podían escapar corriendo de los soldados, o si no de plano enfrentarlos y matarlos. Pero ¿nosotros a dónde corremos cuando estamos en una oficina? A ningún lado, estamos en nuestros asientos mirando la computadora, no salimos corriendo de ahí. Y ni modo de matar a nuestro jefe, jaja.
El problema es que no desahogamos estos miedos y estas tensiones y por eso nuestro cuerpo explota, ya sea con un ataque al corazón, o con diabetes, o cáncer.
Es por eso que últimamente han surgido muchos libros y cursos sobre cómo lidiar con el estrés.
Creo que la principal cosa que debemos recordar es que nuestros miedos son mentales y que solamente basta pensar en otra cosa más agradable, o si no, al menos poner la mente en blanco.



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