Me ha molestado cómo los medios de comunicación y muchas personas en Internet atacaron la persona del Papa Francisco. Que si se hizo un derroche de dinero en su viaje, que porque no vino a resolver nada de los problemas que aquejan a México, que no le llega a los talones a Juan Pablo II.... Tal parece que nadie prestó atención a sus acciones ni a sus palabras. Sus fans querían la selfie y sus detractores buscaban el momento en que hiciera el ridículo para crear memes sobre su persona, pero nadie escuchó lo que él vino a decir.
Sobre el derroche de dinero que hizo el gobierno para recibirlo... Ese derroche se hace con cada mandatario que visita el país, como sucedió cuando vino Obama a México. Se requirió de un cuerpo especial de seguridad y cerraron calles. Francisco I es presidente del Estado del Vaticano, y como todo mandatario de visita en nuestro país se requiere de un protocolo especial.
Sobre que si Francisco no vino a resolver los problemas de México, no, porque no está en su jurisdicción. Él no tiene poder legal para resolver ningún problema. Pero aquí los mexicanos siempre queremos que la gente de fuera venga a resolver nuestros problemas. Ahi está cuando hace tiempo, cuando Malala recibió el Premio Nobel, un mexicano se coló en la ceremonia y le pidió a Malala que resolviera los problemas de México. Igual aquí, ven que llega el Papa y quieren que él venga a resolver lo que nuestros gobernantes no han hecho. Y simplemente, no funcionan así las cosas. El Papa viene a aconsejar, a exhortar a que nos portemos bien, pero no viene a meter a la cárcel a los delincuentes. Somos nosotros los mexicanos los que nos corresponde exigir y aplicar la justicia.
Que si el papa Francisco no es ni la sombra de lo que era Juan Pablo II... no, porque son diferentes personas y diferentes tiempos. Al papa Juan Pablo II le tocó otra generación, más devota, más fervorosa. Esta generación en cambio es apática, sarcástica, violenta y narcisista. No van ni a la iglesia ¿como esperaban que fueran a ver al papa?
Pero haciendo a un lado todas esas críticas, cabe destacar los mensajes que Francisco nos vino a dejar. A los sacerdotes les regañó por portarse como príncipes, con privilegios y les pidió acercarse más a la comunidad. A los empresarios les pidió dar salarios justos a sus trabajadores y mejorar sus condiciones de trabajo. A los gobernantes les exhortó a aplicar la justicia y no dejarse llevar por la ambición.
Francisco visitó a los pobres, a los enfermos, a los presos, y eso constituyen obras de misericordia. Que si Angélica Rivera aprovechó cada momento para "quedar bien" eso no nos interesa. Más bien debiéramos preguntarnos si nosotros somos capaces de hacer esas obras de misericordia hacia el prójimo.
Pero no, no somos capaces. Tan solo un ejemplo: en el zócalo se repatieron cajas de lunch a los asistentes y sobraron tantas que las personas llevaron 4 o 6 cajas de lunch a sus casas. Un indigente se acercó a uno de los asistentes a pedirle si le compartía una y él le dijo que no, que esas cajas eran suyas.
Por eso, como dijo Francisco... no seamos egoístas.
Sobre el derroche de dinero que hizo el gobierno para recibirlo... Ese derroche se hace con cada mandatario que visita el país, como sucedió cuando vino Obama a México. Se requirió de un cuerpo especial de seguridad y cerraron calles. Francisco I es presidente del Estado del Vaticano, y como todo mandatario de visita en nuestro país se requiere de un protocolo especial.
Sobre que si Francisco no vino a resolver los problemas de México, no, porque no está en su jurisdicción. Él no tiene poder legal para resolver ningún problema. Pero aquí los mexicanos siempre queremos que la gente de fuera venga a resolver nuestros problemas. Ahi está cuando hace tiempo, cuando Malala recibió el Premio Nobel, un mexicano se coló en la ceremonia y le pidió a Malala que resolviera los problemas de México. Igual aquí, ven que llega el Papa y quieren que él venga a resolver lo que nuestros gobernantes no han hecho. Y simplemente, no funcionan así las cosas. El Papa viene a aconsejar, a exhortar a que nos portemos bien, pero no viene a meter a la cárcel a los delincuentes. Somos nosotros los mexicanos los que nos corresponde exigir y aplicar la justicia.
Que si el papa Francisco no es ni la sombra de lo que era Juan Pablo II... no, porque son diferentes personas y diferentes tiempos. Al papa Juan Pablo II le tocó otra generación, más devota, más fervorosa. Esta generación en cambio es apática, sarcástica, violenta y narcisista. No van ni a la iglesia ¿como esperaban que fueran a ver al papa?
Pero haciendo a un lado todas esas críticas, cabe destacar los mensajes que Francisco nos vino a dejar. A los sacerdotes les regañó por portarse como príncipes, con privilegios y les pidió acercarse más a la comunidad. A los empresarios les pidió dar salarios justos a sus trabajadores y mejorar sus condiciones de trabajo. A los gobernantes les exhortó a aplicar la justicia y no dejarse llevar por la ambición.
Francisco visitó a los pobres, a los enfermos, a los presos, y eso constituyen obras de misericordia. Que si Angélica Rivera aprovechó cada momento para "quedar bien" eso no nos interesa. Más bien debiéramos preguntarnos si nosotros somos capaces de hacer esas obras de misericordia hacia el prójimo.
Pero no, no somos capaces. Tan solo un ejemplo: en el zócalo se repatieron cajas de lunch a los asistentes y sobraron tantas que las personas llevaron 4 o 6 cajas de lunch a sus casas. Un indigente se acercó a uno de los asistentes a pedirle si le compartía una y él le dijo que no, que esas cajas eran suyas.
Por eso, como dijo Francisco... no seamos egoístas.
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