viernes, 27 de mayo de 2016

La autosugestión

Desde hace varios años empecé a leer Metafísica, por recomendación de un amigo, en busca de respuestas a muchas interrogantes que tenía por aquel entonces y sigo teniendo.

Uno de los conceptos que más llamó mi atención fue el hecho de que el miedo nos hace atraer precisamente aquello que no deseamos. El miedo es lo opuesto al deseo, pero tienen la misma intensidad. Mientras el deseo generalmente trae una carga de energía positiva, pues deseamos aquellas cosas que nos hacen felices o que nos traen un bienestar, el miedo por el contrario atrae aquellas cosas negativas que nos lastiman o nos causan daño.

Al principio me fue muy difícil entender este concepto. Incluso me fue bastante complicado diferenciar entre un deseo puro y el miedo. Ambas se basan en la fe, pero mientras la primera es una fe, digamos optimista, con la certeza de que obtendremos lo que queremos, el otro es la fe en que todo lo peor nos ocurrirá.

En las oraciones que rezamos a veces mezclamos el deseo con el miedo. "Dios mío, curame de esta enfermedad". En vez de pensar que estaremos sanos, pensamos en el hecho de que no queremos la enfermedad. Pensamos en los dolores y los malestares. Y eso hace que la enfermedad nunca se vaya, sino al contrario, empeore. Y nos preguntamos ¿por qué no me he curado, si he rezado tanto, si hasta prendí veladoras e hice varios novenarios? Pues la respusta es que pedimos con fé... pero con fé en lo mano, con fe de que no queremos estar enfermos en vez de la fe de estar sanos. Y lo malo es que muchos cristianos, ante nuestro sufrimento, nos dicen que "es la voluntad de Dios". ¿Pero cómo que Dios me quiere enfemo? y te responden: "porque te está poniendo una prueba". Y la persona cae en la desesperanza. Qué irónico. Terminamos decepcionados de Dios, y estoy segura que Él no querría eso.

¿Y por qué nace el miedo? Porque desde niños nos enseñan a tener miedo. Aprendemos a autosugestinoarnos.

Una de las autosugestiones más poderosas que existen entre las mamás mexicanas es: "no andes descalzo porque te vas a enfermar". Y sí, dicho y hecho, apenas andamos descalzos al día siguiente amanecemos con dolor de garganta, calentura, tos, mocos. "Te lo dije, que no andes descalzo porque te ibas a enfermar", dice mamá como sentencia.

Pero....... ¿y los japoneses qué onda? ¡Ellos andan descalzos todo el tiempo! ¿Por qué ellos no se enferman? ¿Es genético o es la raza o qué rollo?

En Japón resulta que ahí tienen como regla no usar zapatos dentro de las casas. Los niños ni siquiera traen calcetas, pisan el suelo con el pie pelón aunque esté haciendo un frío de la fregada. Porque no hay ninguna mamá que les diga: "no andes descalzo porque te vas a enfermar". Por eso les vale. Peeeero allá las mamás tienen otra autosugestión: "no andes con la panza descubierta que te vas a enfermar". Efectivamente, allá se cubren el vientre, tienen la idea de que por ahí entran las enfermedades. Así que si un niño anda encueradillo de la panza, al día siguiente amanece con dolor de garganta, calentura, tos y mocos.

Interesante.

Entonces ¿qué opinan del poder de la autosugestión?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

El blog se alimenta de los comentarios de los lectores. Dale de comer.