“Lo peor de ser una niña es que
no puedes hacer cosas que los niños sí, por ejemplo, me fastidia que no haya
ninguna chica presidenta”.
“Lo peor de ser una niña es ser
seducida por hombres”
“Una cosa que me gustaría hacer
pero no puedo porque soy una niña es trepar a los árboles para coger cigarras y
libélulas, pero la piel de una niña es más fina y se rasgaría y sangraría si
nos cayéramos del árbol”.
Las anteriores frases son dichas
por niñas de diferentes partes del mundo (Estados Unidos, Kenia y China, en ese
orden) en un video producido por NatGeo.
En dicho video se recogen
opiniones de niños de nueve años, de diferentes nacionalidades. Los niños por
lo general se sienten optimistas, fuertes y capaces de aspirar a cualquier
profesión. Las niñas en cambio, se les nota resignadas a su destino de ser
siempre débiles, pisoteadas y no poder dedicarse al empleo de sus sueños.
Lo interesante de este video es
que fue producido en este año, 2017. Que esta generación de niñas se sienta así
resulta preocupante. Significa que la brecha de géneros no se ha borrado, sino
al contrario, persiste y se refleja de manera alarmante en el aumento de casos
de violencia familiar.
De acuerdo con los datos
publicados por El Norte, entre el 2010 y 2l 2016 las denuncias por violencia
familiar aumentaron un 125%, al de 7 mil 910 a 17 mil 773 en la entidad.
Este delito que puede presentarse
de forma física, sexual, psicológica, patrimonial y económica se atribuye a
diversos factores culturales y sociales, tales como el machismo y la creencia
de que el hombre tiene más poder que la mujer.
La mujer de este siglo sigue
sintiéndose “el sexo débil”. Carece de modelos a seguir, desconoce sus propias
fortalezas, su propia fuerza e inteligencia. Se le sigue educando como si fuera
alguien frágil, tonta y como si su único valor fuera ser objeto sexual.
Por eso, resulta inspirador que actualmente
se esté proyectando la cinta de “La Mujer Maravilla”, pues es una de las pocas
superheroínas a las que se les ha dado el protagonismo que merece.
El contexto en el cual este
personaje fue creado se remonta a la época de la Segunda Guerra Mundial. Hasta
antes de los años 40’s, el papel de la mujer era el de ser ama de casa y madre
de familia.
Sin embargo, cuando los hombres
fueron llamados a la guerra, las fábricas se quedaron sin mano de obra y ante
la escasez de trabajadores recurrieron a las mujeres. Fue ahí cuando ellas se
dieron cuenta que eran igual de capaces que los varones para trabajar en
diferentes ramos de la industria, como la metalurgia y la ingeniería y en el
terreno de la informática, las primeras programadoras fueron mujeres.
Es en esta época en que nace “La
Mujer Maravilla”. Su creador, William Moulton Marston, concibió la idea de
crear a un nuevo tipo de superhéroe que triunfaría no con los puños o potencia
de fuego, sino con el amor. Fue su esposa Elizabeth quien le sugirió que fuera
una mujer.
Diana, princesa amazona del reino
de Themyscira, es una protagonista que demuestra fuerza física y de carácter.
Hasta este momento, la industria
del cine no le había hecho justicia a los personajes heroicos femeninos, pues
casi siempre los colocaba como personajes secundarios y con atuendos
provocativos.
Pero en este caso, la figura de
la Mujer Maravilla rompe esos esquemas, pues inspira a las niñas a luchar
contra las injusticias y les demuestra que no hay límites para lograr sus
sueños, que se puede ser princesa y guerrera al mismo tiempo, sin perder su
esencia.
Esperemos que esto sea el
parteaguas para un cambio en la cultura, que las niñas aprendan aprendan a
defenderse y se conviertan en mujeres con confianza y seguridad en sí mismas y
que los niños aprendan a respetarlas y a tratarlas como sus iguales.
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