viernes, 9 de marzo de 2018

Vagón rosa del metro

Hace unos días, el gobierno del Estado de Nuevo León incluyó varios vagones rosas en las líneas del metro. El objetivo es que estos vagones sean exclusivos para mujeres.
Sin embargo, de todos modos los hombres se suben a estos vagones. No hay quien se los prohiba pues nadie vigila eso.
La medida de los vagones rosas siempre me ha parecido una solución tonta al problema de acoso de la mujer. Antes que aislarlas, lo que la autoridad debería hacer es aplicar con todo el rigor de la ley las denuncias por atentados al pudor, tocamientos y exhibicionismos de genitales.
Sin embargo, cuando estos casos suceden y la mujer afectada se atreve a denunciar, la misma autoridad le dice que no lo haga. "Déjalo pasar, al cabo no te hizo nada", "De qué te sirve perder toda la mañana en el ministerio público si al rato lo van a soltar". En otros casos dudan de la mujer, no le creen. Dicen que es exagerada o que lo inventó.
Entonces, si no existe un estado de derecho en donde los hombres aprendan a obedecer las leyes, mucho menos van a respetar los vagones rosas. 

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