martes, 6 de septiembre de 2011

Celulares y mentiras

En el libro donde aparecen mis cuentos (que pueden descargar dándole clic al link que dejé en esta página) está otro cuento de un compañero mío, Arturo González, titulado "Los desertores del circuito del habla".

El cuento trata de una sociedad ubicada en un futuro muy cercano, en donde se analiza el fenómeno que produce el uso de celulares en las personas, algo muy semejante a una droga.

Menciono este cuento, ya que hace algunos días leí un reportaje acerca de que una de las mentiras más comunes en el mexicano moderno, es fingir que habla por celular para evadir a las personas.

Lo curioso es que en muchos casos, repiten tanto la mentira que terminan creyéndola. Se mencionaban casos de personas que mientras fingían hablar por teléfono celular, para que todo mundo los escuchara, inventaban una vida social falsa, para luego al final del día percatarse que no habían recibido ni una sola llamada real.

En mi caso, yo casi no uso el celular. Pero me molesta mucho cuando estoy platicando con una persona y ésta saca su celular o su blackberry y se pone a textear con alguien más. Siento que eso es una falta de educación, porque siento yo que es más importante prestar atención a tu interlocutor. Las llamadas y mensajes pueden esperar. Pero ya las prioridades han cambiado en cuanto a las normas de comunicación. Tal parece que si el celular suena, el que recibe la llamada está obligado a interrumpir su plática, alejarse del interlocutor, e irse a un lugar apartado para hablar por teléfono, a veces tardándose minutos. Es realmente fastidioso.

A mí me tocó una vez que fui a visitar a una amiga, para platicar con ella. Y ésta parecía ausente, pues se la pasaba chateando. Luego le llamó el novio al celular, y ella se puso a platicar con él, y mientras pasaban los minutos. Ya cuando pasó media hora y que vi que no colgaba, me paré y me fui.

Fue hasta ese momento que ella se dio cuenta que yo me marchaba, cuando me pregunta ¿ya te vas?

En definitiva, pienso que tal como menciona mi amigo en su cuento, los celulares nos dan un efecto narcótico a nuestras mentes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues te diré yo, para nada soy fan del celular, aunque debo de reconocer que para un caso de emergencia y más ahora que en las empresas te bloquen las llamadas si estas son de tipo personal si resulta de utilidad.

Yo ni lo compre… me lo compraron, solo lo uso para hablar a mi esposa, muy pero muy ocasionalmente de repente algún compañero de trabajo cuando hay algo que urge y san se acabo, difícilmente me acabo una tarjeta de 100 pesos para que te des una idea.
Definitivamente algo que me marco para no gustarme el celular fue que en un trabajo anterior, me dieran un beeper de los que ya ni se usan, estuvieras a las 12 pm en camita y ya dormido, zas levántate a atender cosas del trabajo y muchas veces tener que ir a la oficina.

Algo leí el otro día que lo correcto es preguntar al llamar si puede la otra persona recibir la llamada y no asumir que porque le marcaste tiene el compromiso obligado de estar disponible, ya que no sabes que puede estar haciendo en esos momentos y que lo mismo aplica cuando recibes una llamada, al menos excusarte con quien este contigo y si no es importante pues avisar oye te devuelvo la llamada, por la parte que comentas de lo que te hizo tu amiga.

Actualmente no sé que es más adictivo si el uso del celular o el facebook para la mayoría de las personas creo que no tener facebook me hace ver como de lo más raro, me ven como si fuera un troll viviendo en una cueva, vaya forma de calificarte, cuando tienes cosas más importantes en la vida que andar como periódico anunciando a quienes ni te conocen que hace en cada momento de tu vida, que no se supone que la vida de uno ¿es propia?

Saludos.
Adn.

Anónimo dijo...

Corrijo quise decir 12 am, porque eso de 12 pm solo que trabajase de velador nocturno ja ja.

Adn.

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