Me gustan las cafeterías pequeñas. No hablo de los Starbucks, sino más bien de aquellos pequeños locales que acondicionan como cafeterías con muebles y sillas que no combinan entre sí, pero que en conjunto le dan ese aire acogedor, de intimidad. Algunas tienen artesanías, otras tienen un decorado vanguardista. Muchas tienen ese ambiente bohemio, que se presta para leer un libro, tomarse un buen café, o conversar con algún amigo o amiga.
Muchas personas prefieren los bares grandes, mucha gente, y alcohol. Muchos prefieren la música a volumen alto, y las conversaciones se ahogan con el ruido y se reducen a gritos y carcajadas estridentes. Porque si no hay alcohol ni música ni gente, sienten que "no hay ambiente".
En cambio yo prefiero las cafeterías pequeñas, porque si voy con una amiga, se presta más a la confidencia, a conocer a la persona a un nivel más profundo. Y si voy sola, me encuentro conmigo misma.
Acabo de encontrar una pequeña cafetería de esas, que acaban de abrir por mis rumbos. Creo que en estos días, iré ahí a tomar un café.
Muchas personas prefieren los bares grandes, mucha gente, y alcohol. Muchos prefieren la música a volumen alto, y las conversaciones se ahogan con el ruido y se reducen a gritos y carcajadas estridentes. Porque si no hay alcohol ni música ni gente, sienten que "no hay ambiente".
En cambio yo prefiero las cafeterías pequeñas, porque si voy con una amiga, se presta más a la confidencia, a conocer a la persona a un nivel más profundo. Y si voy sola, me encuentro conmigo misma.
Acabo de encontrar una pequeña cafetería de esas, que acaban de abrir por mis rumbos. Creo que en estos días, iré ahí a tomar un café.
1 comentario:
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