Margarita Arellanes, nuestra alcaldesa, ve Monterrey como su casita de muñecas. En Navidad le gusta mandar pintar columnas de pasos a desnivel como si fueran caramelos y en Febrero cuelga corazones rojos. Ahora quiere convertir la calle Ocampo en un paseo peatonal con cafeterías tipo las de París, de esas que están en las banquetas al aire libre.
Pff. Suena bonito, pero lo malo es que Monterrey hace mucho perdió su vocación turística. A diferencia de muchas ciudades de México, en donde sí se conserva gran parte de edificios coloniales, en Monterrey desde hace años muchas de esas casas fueron demolidas para dar paso a la Macroplaza y a calles más amplias. El llamado Barrio Antiguo sobrevive a duras penas, después de haber sido destinado por algunas décadas a antros y bares, y pasado por la época de la violencia, ahora parece estar recuperando su propósito inicial que es la de convertirse en un lugar cultural. Y digo a duras penas porque muchas de esas casas antiguas ya lo único que conservan es la fachada. Varias fueron convertidas a estacionamientos o negocios.
Construir cafeterías al aire libre como quiere Margarita suena bonito, sí, siempre y cuando tuviéramos una calle digna de admirar. Ocampo, salvo por el hotel que está ahí, no tiene mucho que apreciarse. Está el Círculo Mercantil que parece un edificio viejo y lleno de parches, está Liverpool y una gasolinera. Ah, y el Edificio Acero que ya tiene muchos locales abandonados...
En lugar de eso, yo me preocuparía por hacer la ciudad más funcional. Para empezar, repavimentando las calles de todo Monterrey, que tienen baches más grandes que los cráteres de la luna. Pero bueno, es una sugerencia. Seguramente Margarita les sembrará flores antes que taparlos con cemento.
Pff. Suena bonito, pero lo malo es que Monterrey hace mucho perdió su vocación turística. A diferencia de muchas ciudades de México, en donde sí se conserva gran parte de edificios coloniales, en Monterrey desde hace años muchas de esas casas fueron demolidas para dar paso a la Macroplaza y a calles más amplias. El llamado Barrio Antiguo sobrevive a duras penas, después de haber sido destinado por algunas décadas a antros y bares, y pasado por la época de la violencia, ahora parece estar recuperando su propósito inicial que es la de convertirse en un lugar cultural. Y digo a duras penas porque muchas de esas casas antiguas ya lo único que conservan es la fachada. Varias fueron convertidas a estacionamientos o negocios.
Construir cafeterías al aire libre como quiere Margarita suena bonito, sí, siempre y cuando tuviéramos una calle digna de admirar. Ocampo, salvo por el hotel que está ahí, no tiene mucho que apreciarse. Está el Círculo Mercantil que parece un edificio viejo y lleno de parches, está Liverpool y una gasolinera. Ah, y el Edificio Acero que ya tiene muchos locales abandonados...
En lugar de eso, yo me preocuparía por hacer la ciudad más funcional. Para empezar, repavimentando las calles de todo Monterrey, que tienen baches más grandes que los cráteres de la luna. Pero bueno, es una sugerencia. Seguramente Margarita les sembrará flores antes que taparlos con cemento.
2 comentarios:
Por lo poco que conozco de tu alcaldeza, creo tener una conclusión acertada de que tipo de política es.
Una persona quer dice entregara a Cristo las llaves de la ciudad da mucho que pensar.
Si Cristo viera como usan su nombre de una manera tan fraudulenta como hacen estos fánaticos que interpretan a su manera muy particular a Cristo, seguro que mas de una parabola llena de sabiduria les haria escuchar.
Como bien dices Rocio hay cuestiones mas urgentes en que pensar que en las que esta pensando esta alcaldeza.
A Jesucristo no necesitan entregarle las llaves de ningun lado, El es el dueño de todo y estoy de acuerdo que sus actos de fe y oracion no concuerdan con los hechos y hay cosas por hacer muy necesarias, antes que pensar en darle pan y circo al pueblo.
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